El Productor de Seguros en la agenda mundial para el desarrollo sostenible

Fuente: COPAPROSE

Por Marvin Umaña, Presidente de COPAPROSE 2021-2023

En septiembre de 2015, los miembros de la ONU, conscientes de la delicada situación mundial, se comprometieron a lograr los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) en un horizonte de 15 años (ver https://rb.gy/ukh9i). Definitivamente este es un plan muy ambicioso y, aunque se han presentado serios obstáculos mundiales que impedirán el cumplimiento del plazo establecido, como la pandemia y la aceleración del cambio climático, los ODS se han convertido en una “manera de viajar y no en un puerto al que se llegue”.

Por supuesto, los ODS no son el único precepto ligado al desarrollo mundial y la sostenibilidad, ya que se tiene también, por ejemplo, la Declaración Universal de los Derechos Humanos, los Principios Rectores sobre las Empresas y los Derechos Humanos, el Pacto Global y los Principios para la Sostenibilidad en Seguros, que son cuatro iniciativas impulsadas por la ONU; la Declaración Tripartita de Principios sobre las Empresas Multinacionales y la Política Social, que es un instrumento de la OIT; las Líneas Directrices de la OCDE para Empresas Multinacionales, y la Norma ISO 26000, que aborda la responsabilidad social.

Ya no basta con hacer las cosas bien, pues hay que hacer lo correcto, cambiar la forma de hacer negocios y ser conscientes de qué tanto la sostenibilidad como los firmes criterios ESG, basados en el medioambiente, el compromiso social y la transparencia en la gobernanza de las empresas y organizaciones (ver https://rb.gy/6fh2a), son el pilar indiscutible del futuro de la humanidad. Por eso y su importancia para el desarrollo económico y social, el sector asegurador se relaciona más con algunos de los 17 ODS y requiere el involucramiento decidido de todas las áreas relacionadas, como aseguradoras, reaseguradoras, entes de supervisión y productores de seguros.

Marvin Umaña

COPAPROSE estableció como objetivo estratégico el apoyo a todos estos programas con nuestra participación en la Federación Mundial de Intermediarios de Seguros (WFII, por sus siglas en inglés – https://www.wfii.org/) y nuestra ayuda directa en todas las gestiones realizadas por las 26 asociaciones afiliadas de los 18 países que conforman nuestra organización. También se ha brindado apoyo a la Alianza del Seguro 2030 que, con su programa Cumbre del Seguro, desarrolla un modelo de concientización sobre la importancia del seguro dentro del entorno socioeconómico iberoamericano (ver https://alianzadelseguro.org/). Sin embargo, todo lo anterior no es suficiente si nosotros no somos conscientes de su importancia y no promovemos la gerencia de riesgos como un instrumento indispensable para la identificación de riesgos, la evaluación y clasificación de su impacto y la definición de la metodología para enfrentarlos.

Está claramente demostrado que el seguro genera valor agregado y confianza en el futuro. Los inversionistas, los acreedores, los gobiernos y los entes relacionados requieren del seguro para promover tanto sus emprendimientos como el desarrollo social de las naciones. Sin embargo, debemos advertir a nuestros clientes que el seguro no es el único medio aplicable, ya que este instrumento financiero fundamental debe ser combinado con planes de prevención y control de pérdidas; reservas; planes de contingencias, y otras medidas similares para enfrentar los reveses naturales y propios de cada actividad.

El desarrollo de la cultura del seguro es nuestro deber, sobre todo en Latinoamérica, donde la penetración del seguro es muy baja y la brecha de protección es muy alta. En cuanto a la delicada situación del cambio climático, debemos formar parte activa con nuestras asociaciones locales e internacionales en la concientización sobre la insuficiencia del seguro para atender las consecuencias de los fenómenos naturales y sobre la necesidad de desarrollar planes nacionales. Sin lugar a duda, alcanzar los ODS es un desafío y hacerlo sin el seguro nunca será posible.

Cierro estas reflexiones con una acertada idea de Michael E. Porter y Mark R. Kramer: “La sostenibilidad corporativa genera valor compartido al invertir en aspectos sociales y ambientales dentro de un contexto que fortalezca la competitividad de la empresa. Es así como se desarrolla una relación simbiótica. El éxito de la empresa y el de la comunidad se refuerzan mutuamente”.

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